miércoles, 29 de enero de 2014

gasolinero-man...

Buenooooo, ya estoy aquí otra vez.

Ya me he enterado quien puso nombre a mis andaduras, más propias de un ser descerebrado, que de una persona de veintitantos…

Pues ese fue el que yo llamo novio, pero cuya denominación, a veces (como ésta) no me convence demasiado. Es él, sí… el del ladito… ->

Pues hoy vengo a traeros una nueva aventura… ya veis… una da para mucho…

La historia empieza un domingo bien temprano. Me levanto (en casa de ese de ahí arriba) y me dispongo a volver a mi propia casa, para lo cual, llevo el coche de Madre, que el viernes, cuando me lo dejó, me encomendó la ardua tarea de echar gasolina al coche cuando finalizase mi uso.

¿Qué por qué ardua esta tarea? Seguro, os preguntáis…

Pues bien, porque por aquel entonces yo, a pesar de tener el carnet de conducir casi un lustro, no se me estaba permitido llevar coche (ahora entiendo todo). Así que la misión de pasar por la gasolinera, me venía más que grande. Y es que yo, todo lo que hago por primera vez, suele tener resultados bastante nefastos… ¡CASI SIEMPRE! Que conste que no es siempre… ¬¬

Continuando con la historia, ya os digo que era muuuuuy temprano (las 9, más o menos… pero era domingo, ¡coño!) y así, de la mala manera, me tiré a la calle, dispuesta a volver a mi casa, echando gasolina previamente…

Todo bien… llego a la gasolinera, aparco al lado del surtidor, “desarranco” (me gusta decirlo así…) el coche, me bajo, camino hasta el mostrador de dentro de lo que los “gasolineros” llaman tienda y yo llamo “lugar donde te extraen órganos por unas patatas fritas de bolsa cualesquiera”…

-          Buenos días – dice gasolinero-man 
-          Buenos días, 20 € de 95 para el……… - digo mientras giro la cabeza intentando señalar donde YO había dejado mi bonito coche aparcado- …….. ¿Y MI COCHEEEEE? ¿DÓNDEEEE ESTÁ MI COCHEEEE? 
Evidente, evidentísima cara de póker de gasolinero-man

Salgo corriendo de la tienducha y… ME VEO………. ¡¡ATENCIÓN!!

al que repone los tanques de gasolina que hay en el suelo, con su camión ahí, tan majo, saliendo corriendo tras mi coche que había echado marcha atrás solo y se estaba por meter a una de las avenidas grandes que hay en Murcia. Ahí, DIGNO, mi Clio amarillo bronce, SIN FRENO DE MANO, en una PENDIENTE HACIA ABAJO, huyendo de mí, como cabía esperar…

Mi coche iba abocado al suicidio… yo, le parecí poca cosa como conductora. Creo que pensó: si este va a ser mi futuro… yo prefiero no seguir aquí…

La conclusión de la historia es que… CASI JODIDA Y MILAGROSAMENTE, al coche no le pasó nada gracias al reponedorgasolinero-man que hizo su sprint glorioso hasta el culo de mi coche y lo paró… porque para COLMAZO DE LOS COLMOS, yo, mujer precavida donde las haya, había cerrado el coche para que nadie, que no fuera yo, osase a entrar en él mientras yo pagaba mi ración de oro líquido…


Moraleja: si tenéis la suerte de contar con eso que llaman cerebro, si en el sorteo os tocó uno y sois afortunados, USADLO antes de actuar….

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Blogging tips